Tiempos difíciles, extraños e inciertos en todos los ámbitos en general y, por supuesto, para la cerámica; un sector que depende en gran medida del suministro de gas y electricidad, y que en estos momentos, se encuentran ante una escalada de precios que parece no tener fin. Si, además, lo unimos a la falta de materias primas y de ciertos aditivos necesarios para la producción, nos encontramos ante un panorama sin precedentes y verdaderamente complicado.
Después del tiempo de confinamiento llegó una época que pareció como una agradable vuelta a la rutina, a esos días de trabajo interminables, en los que todo el mundo tenía ganas de renovar su hogar, de realizar cambios para volverlo más cálido y actual, y la verdad es, que esta sensación sigue viva aún ahora, pero… empiezan a notarse ya los problemas de suministro, las fábricas que no disponen de ciertos stocks y ni siquiera pueden asegurarnos una fecha próxima de producción.
Todo ésto crea una atmósfera extraña en el sentido de que no existe fluidez en el día a día, ya que además, los precios de los materiales, los transportes … también van en continuo aumento, llegando al punto de no poder realizar presupuestos con validez para más de 15 días como máximo, y … claro, una obra o una reforma, no es algo por lo que nos decidamos en un momento !! Necesitamos mirar, pensar, valorar y optar por un azulejo que estará ahí colocado por muchos años, y ello conlleva muchas horas de reflexiones.
Siempre se habla del sector cerámico como un sector fuerte, acostumbrado a pelear, reinventarse y seguir adelante, y estoy segura de que esta vez, de nuevo se levantará y continuará con su rutina de costumbre, pero si esta situación sigue así, las pequeñas fábricas serán quienes más complicado lo van a tener para seguir siendo competitivas en el mercado actual. Aunque por otra parte, quizás sea momento de nuevos planteamientos, de reflexionar sobre cómo queremos que evolucione el sector y tratar de ser más autosuficientes, como lo éramos antaño 🙂 , contradiciendo así todo el planteamiento de la globalización que, curiosamente, nos ha llevado a una falta de “todo” en estos momentos.
Hace algún tiempo que no escribía en el blog, pero últimamente me apetecía realizar un post de opinión sobre la situación actual, ya que si para los fabricantes está el tema complicado, imaginaros para los distribuidores (caso que me atañe de primera mano), e imagino que al igual que los que vendemos azulejos, los comerciantes de muchos otros sectores se encontrarán en la misma situación, con lo que, finalmente toda una sociedad se verá inmersa en un planteamiento de falta de abastecimientos, y es que resulta muy frustrante no poder suministrar los pedidos por falta de stock y ver cómo un cliente debe retrasar la apertura de su negocio o la reforma de su hogar, por no disponer de todos los materiales necesarios, puesto que esta falta de suministros no solo afecta al azulejo, sino que también mamparas, iluminación, muebles …. se ven igualmente afectados.
Otro hándicap con el que nos topamos ahora mismo, es el transporte, puesto que además de su aumento de precio, nos vemos en la situación de no disponer de suficientes contenedores para poder exportar nuestros azulejos, con lo que las esperas son larguísimas desde la confirmación de un pedido hasta que sea posible realizar su expedición y, por supuesto, a la falta de disponibilidad se suma el fuerte aumento de precio, llegando a suponer en algunos destinos, una subida de más de 1000 € por cada contenedor.
Ante todo este panorama, muchas noches me pregunto ¿Qué está ocurriendo a nivel mundial? ¿De dónde proviene este problema? y sobretodo , ¿Qué solución hay?, porque estoy completamente segura de que debe haber una solución que deje volver a brillar el sol, con más fuerza si cabe 🙂
Muchas gracias por leer mi blog y compartir con todos nosotros tus opiniones y puntos de vista !! ❤