Puede que sea defecto profesional pero… es que no puedo evitarlo ☺️. Mi marido y mi hija ya me han dado por imposible y creo que ni me escuchan cada vez que entramos en un restaurante, hotel o baño y me fijo en los azulejos , la decoración y en cómo éstos están colocados, y claro … siempre acabo haciendo algún comentario al respecto .
Y por qué os cuento ésto ? Pues porque hace unos meses dediqué un post a los mosaicos y a su importancia en las épocas griega y Romana, y a cómo, las colecciones Cerámicas se inspiraban en ellos; pues bien, aprovechando el puente del 1 De noviembre , hicimos las maletas y pusimos rumbo a Mérida , ciudad Romana por antonomasia . Es realmente impactante la sensación que por segunda vez y, 15 años después, me volvió a causar su teatro Romano, pero… aún así, lo más emocionante era ver la cara de mi niña descubriendo los monumentos e historia de la ciudad .
Si conocéis o habéis visitado Mérida , seguro que habréis disfrutado tanto de sus monumentos como de su gastronomía, y es que alrededor de todo el centro turístico encontramos una enorme oferta culinaria. Y fue en uno de estos restaurantes , el alfarero, donde primero me sorprendió su decoración, al encontrarme con el azulejo gresbrick de Ballester Porcar decorando sus paredes y barra de la entrada.
Quizás el hecho de estar acostumbrada a ver las piezas sueltas, hace que cada vez que las encuentro colocadas en algún lugar me haga ilusión, así como el pensar «mira, aquí hay un pedacito de mi tierra» 🙂 , y es por ello que me dió la sensación de que realmente no sólo el gresbrick sino que toda la colección Dimarmi encajaría a la perfección en la ciudad.
Nos alojamos en el hotel Cervantes, un hotel pequeñito de 2* ubicado en pleno centro de Mérida, de esos que tienen su encanto. Las zonas comunes y pasillos están decorados en mármol travertino, lo cual consigue envolverte aún más en el ambiente romano que emana la ciudad, pero, en cuanto entramos a la habitación, toda esa magia desapareció, y no por ningún problema que tuviera sino porque la decoración nada tenía que ver con la anterior, como podéis ver en la siguiente imágen. Nos encontramos con un pavimento cerámico estilo travertino beige de 45*45 cm combinando con un baño marmoleado en tonos granates, bastante antiguos, y un friso de madera hasta media altura alrededor de toda la habitación.
En este momento, me imaginé lo especial que podría resultar la estancia si al entrar me hubiera encontrado con la habitación y baño decorados en estilo mosaicos, por ejemplo; con el modelo rete como pavimento, jugando con los distintos colores en cada habitación, y la colección Dimarmi en cada baño, aunque dentro de dicha colección, casi que yo apostaría por el modelo Traccia. ¿Qué os parece?
Bueno, lo cierto es que me encanta dicha colección, pero al encontrarme en pleno Mérida con todas sus ruinas romanas, tuve la sensación de que Dimarmi estaba diseñada expresamente para esta ciudad, tanto para hoteles como bares, tiendas y restaurantes… sería como una sensación muy acogedora y envolvente en todo su casco antiguo, donde se encuentran prácticamente los principales monumentos.
Como os comentaba, imagino que será «defecto profesional» 🙂 pero supongo que coincidiréis conmigo en que existen ciudades que consiguen trasladarte a otras épocas, y qué mejor ayuda que la decoración general de locales y fachadas esté relacionada con el estilo principal o más importante de la ciudad. Y ésto os lo comento, porque cuando estuvimos visitando Austria, una de las cosas que más me gustaron, sobretodo en la zona del Tirol, fue la bonita decoración de sus pueblos y cómo tanto hoteles, bares y comercios compartían un mismo estilo,generando un precioso ambiente de cuento .