¿Os habéis parado a pensar alguna vez en el diseño de los rodapiés? En la mayoría de ocasiones, cuando un cliente viene en busca de los azulejos para su hogar o establecimiento, podemos pasar horas buscando un diseño, colores, distribución e, incluso, el tamaño de las baldosas, pero, cuando preguntamos «¿Qué tipo de rodapié te gustaría?», la respuesta casi siempre suele ser la misma: «¿Rodapié? umm.. ponme alguno que le vaya bien».
¿Por qué si tanto tiempo dedicamos a la elección del resto de azulejos, nos depreocupamos tanto de esta pieza tan esencial y que, si nos fijamos bien en ella, tantas posibilidades de decoración nos puede ofrecer? Pues bien, hoy me gustaría poder dedicar el post a este elemento tan olvidado, aunque no por ello, menos importante, como es el rodapié.
Cuando empecé en el sector cerámico, recuerdo la cantidad de empresas que se dedicaban en exclusiva a la producción de rodapiés, los que, por aquél entonces, hace ya unos 15 años, solían ser de pasta roja y esmaltados, con diseños más bien rústicos o marmoleados en brillo, tal y como marcaba la tendencia del momento.
Poco a poco fue introduciéndose en el mercado el azulejo porcelánico, un material mucho más flexible que el gres y con la peculiaridad de su facilidad de corte y pulido, con las máquinas adecuadas, por lo que se empezó a producir el rodapié a partir del mismo azulejo de base, consiguiendo así, que pavimento y rodapié fueran exactamente iguales; un hecho que empezó a gustar mucho al cliente final.
A partir de este momento, el rodapié pasó a ser trabajo también de las «serretas» y, en pocos años, vimos como proliferaban las empresas de «corte» que se dedican a trabajar las baldosas porcelánicas tanto en rodapiés, como en peldaños, precortes y mosaicos… todo sobre pedido, es decir, que podemos elegir el formato y el diseño y estas empresas se encargarán de realizarlo en un plazo apróximado de una semana.
Como vemos en la imágen anterior, el rodapié no siempre tiene porque ser cerámico; existen en el mercado múltiples opciones que podemos combinar con nuestro suelo de azulejo y dar así un toque más personal a la estancia. Para ello contamos con molduras de escayola, de madera o incluso podemos optar por cenefas y molduras cerámicas en lugar del «rodapié que le vaya bien».